jueves, 30 de agosto de 2007

Historia de Sevilla

Muchas y diferentes culturas han estado presentes en la historia de Sevilla. Su legado ha conformado a lo largo de siglos el patrimonio cultural, monumental y artístico que podemos admirar en sus calles y en sus museos.

Los oscuros orígenes han dado lugar a las leyendas que atribuyen a Hércules la fundación de Sevilla. Si queremos acercarnos a la Historia Antigua de Sevilla deberemos desplazarnos al Museo Arqueológico situado en un antiguo pabellón de la Exposición Iberoamericana de 1929 donde encontraremos los vestigios de los pueblos del otro lado del Mediterráneo.

Las cercanías de Sevilla (Alcalá del Río) fue el escenario de la batalla final que enfrentó a romanos y cartagineses (206 A.C.) y el lugar de la fundación de la primera colonia romana, Itálica, así llamada en recuerdo del origen de sus fundadores. Julio César (45 A.C.) convierte a los sevillanos en ciudadanos romanos de pleno derecho, denominando a la ciudad Julia Romula Hispalis.

Será en la etapa almohade (mediados siglo XII) cuando la Isbiliya alcance su máximo esplendor. Es construida la Mezquita Mayor, cuyo alminar, constituye el símbolo de la ciudad y que a raíz de su remate renacentista coronado por una veleta que gira comenzará a llamarse Giralda.

La ciudad pasa a la Corona de Castilla por obra del Rey Santo Fernando III que la conquista en 1248. La ciudad ve reconvertidas sus mezquitas en lugares de culto cristiano y la misma suerte corrió la Gran Mezquita. Pero siglo y medio después el estado ruinoso de la misma hace tomar al Cabildo Eclesiástico la decisión de derribarla y construir en aquel mismo lugar la Catedral, símbolo indiscutible de la Sevilla Cristiana.

Será en el siglo XVI cuando Sevilla tras el Descubrimiento de América se convierta en el Puerto de Indias que monopolice el comercio con el Nuevo Continente. La Casa de la Contratación tendrá su sede en los Alcázares y los comerciantes se harán construir la Casa Lonja, que siglos después se convertirá en Archivo de Indias.

El siglo XVII alumbrará figuras artísticas universales aunque en lo económico hay que lamentar la desviación progresiva del comercio americano hacia Cádiz. Las Hermandades de Pasión que sacaban sus imágenes desordenadamente a la calle, son reglamentadas creándose la Carrera Oficial: el itinerario obligado para todas ellas por donde debían desfilar en un orden determinado por la antigüedad. Se está creando la Semana Santa que unida a la profunda religiosidad da lugar a figuras como Montañés, Murillo ,Zurbarán y Valdés Leal cuyas obras encontramos en el Museo de Bellas Artes y repartidos por diversas parroquias.

El siglo XVIII conocerá la construcción de una nueva Fábrica de Tabacos, edificio industrial que escenario de las andanzas de Carmen la Cigarrera se hará mundialmente famoso. Otro escenario de esta misma obra comienza también a construirse aunque no se concluirá hasta el siglo siguiente la Plaza de Toros de la Real Maestranza.

El Romanticismo del siglo XIX convierte a Sevilla en un destino exótico para aquellos pioneros del viaje. Algunos eran buenos dibujantes y han dejado apuntes de una ciudad que conservaba aún intacto su recinto amurallado que acabará derribándose para facilitar las comunicaciones entre el intramuros y un extramuros cada vez más extenso.

La Arquitectura del Hierro tiene en Sevilla dos representaciones el primer puente de obra sobre el río Guadalquivir el Puente de Triana inspirado en el Puente Carrousel de París y las Naves del Barranco.

El Siglo XX comenzará con la ilusión de la preparación de una Exposición que irá aplazándose por diversos motivos, celebrándose la muestra finalmente en 1929. La Exposición Iberoamericana nos dejó la Plaza de España, la Plaza de América y los pabellones de los países participantes en diferentes estilos que evocan sus culturas autóctonas precolombinas. El siglo acabará también con la celebración de otra Exposición la Expo 92, que conmemoraba el V Centenario del Descubrimiento y que supuso desde el punto de vista urbanístico no sólo la incorporación de la Isla de la Cartuja sino además la eliminación de las dos viejas estaciones de ferrocarril que eran un gran obstáculo en las comunicaciones internas de la ciudad, la construcción de Santa Justa, el Tren de Alta Velocidad, las circunvalaciones etc.